mujeres nos pueden molestar demasiado. Por eso, hombres, tengan cuidado de
mencionarlas o hacerlas frente a nosotras porque no respondemos. He aquí
algunas de ellas:
problema, porque a medida que los años pasan, nos cuesta asumir que ya no somos
las veinteañeras que podían lucir bien su cuerpo y que gozaban de una piel
tersa. Es por esto que odiamos escuchar que nos digan “señora”.
mujeres” es lo peor que podemos oír, porque nos hacen sentir menospreciadas,
por lo que toda la furia de la feminista que llevamos dentro, se desata para
defendernos.
un hombre decir «seguro es una mujer». Ese
comentario seguramente
desatará la ira de las mujeres que estén cerca de él.
pensemos una infinidad de maneras de completar ese enunciado, como “eres bella
pero… me gusta más tu hermana” o “preferiría que te maquillaras más”, etc.
imitar (una actriz, una estrella de rock, etc), y pobre del que se atreva a
insultarla, porque esto puede hacer que las mujeres nos transformemos para
defenderla «a capa y espada».
porque ¡no somos mascotas! Es mejor si sólo nos abrazan y nos dan palabras de
aliento, ¿o no, chicas?
gorditas, usábamos frenos o nos vestíamos sin estilo, y lo peor son las fotos
que lo demuestran. Ya es una tortura verlas, ¡no hace falta que el resto se
burle!
lo hacen en público. Pero no crean que en realidad las mujeres nos sometemos y
guardamos nuestras palabras; al contrario, ¡gritaremos más fuerte, si es
necesario, lo que sentimos y pensamos!
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